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El Trastorno por Déficit de Atención en adolescentes

Foto del escritor: Aida FàbregaAida Fàbrega

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición compleja y a menudo malinterpretada. A pesar de los avances en su comprensión, aún persisten numerosos mitos que dificultan el apoyo adecuado a las personas que lo padecen. Hoy exploraremos algunos de los mitos relacionados con el TDAH y cómo enfrentarlos de manera efectiva.


Uno de los mitos más extendidos es pensar que el TDAH es una excusa para portarse mal. Sin embargo, el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la regulación de la atención y el control de los impulsos. Las personas con TDAH no eligen comportarse de manera disruptiva; sus dificultades surgen de características inherentes al trastorno. Con estrategias adecuadas y apoyo, es posible mejorar su comportamiento y ayudarles a gestionar sus emociones, desarrollando un entorno más comprensivo.


Otro concepto erróneo es creer que los adolescentes con TDAH no pueden concentrarse en nada. Si bien enfrentan dificultades para enfocarse en actividades que no les interesan, pueden demostrar una gran capacidad de concentración en aquellas que les apasionan. Este fenómeno, conocido como “hiperfoco,” puede convertirse en una fortaleza si se les guía para descubrir sus intereses y talentos, fomentando un desarrollo equilibrado y satisfactorio.


Algunas personas piensan que el TDAH es exclusivo de la infancia, pero esta idea es incorrecta. El TDAH puede persistir en la adolescencia y la adultez. Sin embargo, con apoyo terapéutico y estrategias efectivas, quienes lo padecen pueden aprender a gestionar sus síntomas y llevar una vida plena y significativa, alcanzando su máximo potencial en distintas áreas de su vida personal y profesional.


También se cree que la medicación es la única solución para el TDAH. Si bien puede ser eficaz para algunos, no es la única respuesta. La terapia psicológica es crucial para que los adolescentes comprendan su trastorno, desarrollen habilidades de afrontamiento y fortalezcan su bienestar emocional. Un enfoque integral, que incluya intervención profesional y apoyo familiar, suele ser el más efectivo.


Quizás el mito más perjudicial es pensar que las personas con TDAH no tienen futuro. Nada más lejos de la verdad. Con el apoyo adecuado, pueden alcanzar sus metas y destacar en numerosos campos. Muchos líderes, artistas y emprendedores de éxito han sabido transformar sus talentos únicos en logros extraordinarios, demostrando que sus posibilidades son ilimitadas.


Y algo importante es: ¿Cómo podemos ayudar a nuestro hijo o hija con TDAH en casa? Si tienes un hijo con TDAH, implementar estrategias efectivas en el hogar puede marcar una gran diferencia en su bienestar y desarrollo.


Establecer rutinas claras les proporciona estructura y seguridad. Utilizar agendas visuales les ayuda a anticiparse y a reducir la ansiedad. Dividir las tareas en pasos pequeños hace que sean más manejables y cada logro, por pequeño que sea, merece ser reconocido y celebrado. Reforzar el comportamiento positivo es fundamental. Un simple “¡Bien hecho!” puede fortalecer su autoestima y motivarles a seguir esforzándose. Las pausas activas también son esenciales; permitir que se muevan y liberen energía les ayudará a concentrarse mejor y a sentirse más relajados. Por otro lado, comunicar expectativas claras y específicas es clave. Expresiones como “Hablemos en voz baja” son más efectivas que generalidades como “Compórtate bien.” Finalmente, crear un ambiente calmado y ordenado contribuye a mejorar su concentración y reducir el estrés, promoviendo un entorno propicio para el aprendizaje y el crecimiento personal.


Algunas actividades para mejorar la concentración en adolescentes son, por ejemplo, crear un espacio de estudio bien organizado, iluminado y equipado. Incluir elementos como una silla cómoda y una mesa adecuada fomenta la postura correcta y la concentración. Hacer listas de tareas y permitir que marquen cada actividad completada genera una sensación de logro y avanza hacia sus metas de manera constante. Es importante, también, limitar el tiempo frente a las pantallas. Fomentar actividades alternativas como leer, practicar deportes o explorar hobbies creativos les ayuda a desconectar y mejorar su concentración. Integrar estos momentos en su rutina diaria crea un equilibrio saludable entre sus responsabilidades y su tiempo libre.


Desmitificar el TDAH y adoptar estrategias adecuadas es clave para apoyar a los adolescentes en su desarrollo. Con comprensión, paciencia y herramientas prácticas, podemos marcar una diferencia positiva en sus vidas. Crear entornos de apoyo y brindar acompañamiento profesional puede transformar las dificultades en oportunidades de crecimiento personal y éxito.


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